La tecnología educativa tiene el potencial de ampliar la capacidad y eficiencia de los educadores, personalizar el aprendizaje del estudiante y fortalecer el acceso a experiencias e información enriquecedoras. Estos cambios son importantes—no solo para mejorar el aprendizaje del estudiante hoy en día, sino también para preparar a los estudiantes para destacar en los entornos tecnológicamente avanzados del mañana.

En la última década, las escuelas han realizado grandes progresos a la hora de aprovechar la tecnología para fomentar y posibilitar el aprendizaje del estudiante. A finales de 2019, casi todas las escuelas tenían acceso a Internet de alta velocidad, lo cual permitió a los educadores impulsar una gran cantidad de herramientas digitales de aprendizaje para los estudiantes durante las horas que pasan dentro del centro escolar. No obstante, se siguieron observando problemas de equidad: los estudiantes de hogares con bajos ingresos y los estudiantes negros tenían un acceso más reducido a la tecnología en sus casas, desembocando en un “déficit de tareas” provocado por la brecha digital en muchas comunidades.

El problema de esta brecha digital se puso claramente de manifiesto en 2020, a medida que los cierres e interrupciones escolares relacionados con la COVID obligaron a los educadores de todo el país a afrontar los desafíos de accesibilidad de la teleenseñanza y el teleaprendizaje. Para muchos, el primer asunto a tratar fue conseguir que los estudiantes tuviesen acceso a computadores y Wi-Fi en sus casas; al mismo tiempo, también hubo que lidiar con el hecho de que incluso un estudiante con un computador y Wi-Fi en casa podría tener que compartir dicho equipo con otros miembros de la familia.

Las escuelas creativas continuaron inventando, explotando las distintas tecnologías para mantenerse en contacto con los estudiantes y facilitar un aprendizaje remoto significativo mientras las escuelas se cerraban. Centros como Crosstown High en Menfis, Tennessee, le dieron a los estudiantes herramientas virtuales sencillas para gestionar sus tareas semanales, en línea con la misión de la escuela de capacitar a los estudiantes para ser “Aprendices de por vida,” un Objetivo de aprendizaje de XQ. Asimismo, las escuelas secundarias Elizabethton High en Tennessee y Purdue Polytechnic High School en Indiana contrataron a expertos externos como consejeros y panelistas para realizar presentaciones virtuales a los estudiantes. Muchas escuelas secundarias lanzaron o ampliaron el uso de sistemas de gestión de aprendizaje online, herramientas para diseñar horarios y aplicaciones de videoconferencia.

Hay mucho que aprender de estas experiencias a medida que las escuelas buscan las vías para incorporar esta tecnología de la manera más significativa a la experiencia educativa. Las herramientas y técnicas correctas son aquellas que fomentan la visión de una escuela para la enseñanza y el aprendizaje, cumplen las necesidades de educadores y estudiantes y ayudan a toda la comunidad escolar a mantenerse conectada de verdad, incluso durante tiempos difíciles.

Incorporar la tecnología de manera creativa y eficiente supone: 

• Pensar estratégicamente en cómo y por qué se usa la tecnología
• Constatar mediante la experiencia qué puede hacer la tecnología ―y qué no― por la educación, especialmente en relación con tu propuesta única para la enseñanza y el aprendizaje
• Explorar toda la gama de soluciones tecnológicas disponibles y los compromisos con cada una de ellas
• Evaluar problemas de costo y accesibilidad para todos los estudiantes y sus familias, y hacer las adaptaciones necesarias
• Tomar en cuenta problemas de seguridad y de privacidad de datos
• Otorgar a educadores y estudiantes oportunidades para valorar y dar su opinión sobre las opciones de tecnología educativa posibles
• Proporcionar ayuda a los educadores para usar nuevas herramientas y pedirles su valoración sobre el funcionamiento de estas