El aprendizaje centrado en los estudiantes significa guiar a los estudiantes hacia el dominio de las materias personalizando la instrucción como reflejo de las fortalezas, necesidades e intereses individuales de los estudiantes. Cada estudiante de secundaria aporta recursos propios a su aprendizaje, pero también dudas de experiencias anteriores.

El aprendizaje centrado en los estudiantes requiere relaciones profundas y de respeto entre estudiantes y maestros—y, en muchos casos, padres y otros familiares. El rol del maestro cambia de transmisor de la información a facilitador o coach, a medida que los maestros guían a los estudiantes a responsabilizarse de su propio aprendizaje.

Para los estudiantes, el aprendizaje centrado en los estudiantes suele significar más opciones sobre cuándo y dónde aprender, más proyectos y tareas auténticas y más trabajo colaborativo con compañeros. Un marco de actuación centrado en los estudiantes también orienta el aprendizaje a entornos de la vida real—con experiencias de trabajo, prácticas profesionales, proyectos comunitarios y el aprendizaje mediante el servicio.