Las escuelas XQ están desarrollando culturas fuertes y positivas como parte central de su trabajo. Por ejemplo, la cultura en la Washington Leadership Academy se basa en la confianza, la responsabilidad y la colaboración. Cada mañana, los empleados de la academia WLA se ponen en fila para recibir y saludar a los estudiantes por nombre. Algunas escuelas, como New Harmony High y Círculos, se sirven de círculos comunitarios para reunir a adultos y jóvenes y ayudarlos a que conecten y reflexionen. La escuela Da Vinci RISE High coloca las relaciones en el centro mismo de la cultura escolar, “para que los estudiantes se sientan reconocidos, valiosos y queridos por los adultos que no tienen obligaciones legales con ellos, pero que quieren que triunfen igualmente”, señala el cofundador Erin Whalen. 

La cultura también se construye fuera de la típica jornada escolar, con grandes y pequeños gestos. Cada sábado por la mañana, el tesorero de la Brooklyn Laboratory High School realiza llamadas telefónicas a cinco de las familias de inmigrantes de la escuela para saludarlas, ver qué tal les va y preguntarles si la escuela les puede ayudar de alguna manera.

Las rutinas y rituales que cimientan una cultura pueden ser diarios, semanales, anuales o periódicos. Desde un cariñoso saludo a los estudiantes cada mañana, reuniones de empleados donde se escuchan y respetan las voces de todas las personas presentes, cenas compartidas periódicas donde las familias comparten platos de su niñez, reuniones habituales de equipos para compartir ideas sobre estudiantes con dificultades, presentaciones finales anuales de los estudiantes de último año para padres y comunidad… todas estas acciones establecen unas bases comunes y ayudan a convertir a una escuela en una comunidad.