Los exámenes y otras evaluaciones al final de una unidad, curso o año se conocen como evaluaciones “sumativas” porque proporcionan información para resumir el aprendizaje que se ha dado. Las evaluaciones “formativas” se usan antes y durante el aprendizaje porque ayudan a maestros y estudiantes a desarrollar planes para ajustar la enseñanza y el aprendizaje.

De acuerdo con las expertas Heidi Andrade y Margaret Heritage, la evaluación formativa responde a tres interrogantes: 1) ¿Adónde me dirijo? 2) ¿Dónde estoy ahora? 3) ¿Cuál es la próxima etapa?

La mayoría de las personas está menos familiarizada con las evaluaciones sumativas que las formativas. Y sin embargo, las evaluaciones formativas son una parte esencial de la experiencia de aprendizaje del estudiante por la utilidad que pueden tener a la hora de planear, monitorear y ajustar la enseñanza de manera habitual—incluso diaria.

Algunas escuelas van un paso más allá y exploran nuevas maneras de aplicar la autoevaluación formativa y la evaluación de los compañeros para capacitar y responsabilizar a los estudiantes de su propio aprendizaje. El objetivo es que los estudiantes vean las evaluaciones no como algo contra ellos, sino como algo en su favor, contando con ellos, para su beneficio. Estas son algunas estrategias para animar a los estudiantes a jugar un papel más activo en la cultura de evaluación de una escuela.

• Compartir hallazgos científicos sobre la función de la evaluación en el aprendizaje, incluyendo el hecho de que la autoevaluación (self-quizzing) es una estrategia de estudio más efectiva que la relectura.
• Invitar a los estudiantes a ser cocreadores de los criterios de evaluación, tales como listas de control o rúbricas para evaluar su trabajo.
  
• Crear actividades de autoevaluación y de evaluación de los compañeros de bajo impacto en las calificaciones. Ambas han demostrado que fomentan el aprendizaje, la autorregulación y el autocontrol.
  
• Ayudar a los estudiantes a comprender cómo usar los comentarios y valoraciones (feedback) para revisar su trabajo—y darles muchas oportunidades para hacerlo antes de finalizar el trabajo. 

Aprender a evaluar el trabajo de uno mismo, recibir, aplicar y usar este feedback para mejorar y realizar comentarios constructivos para otros… todas estas opciones son importantes dimensiones del desarrollo adolescente. También son elementos cruciales de la preparación de los jóvenes como estudiantes, trabajadores y contribuyentes netos a la familia, la comunidad y el proceso civil.